Cosmovisión amazónica. Guillermo Arévalo |
No me refiero a los veintiséis sonetos de Shakespeare dedicados a la dama oscura. El poeta cantaba el amor a una mujer que no destacaba por su belleza, el modelo de belleza de entonces. Su dama oscura era una mujer de carácter veleidoso, infiel que no perdía ocasión de menospreciarlo. Tales traiciones amorosas no mermaban su entrega y delirio por la dama.
Exactamente lo que ocurre hoy. Escribe el filósofo David Fideler, en su libro Restaurar el alma del mundo, publicado por Atalanta, que nuestros pensamientos giran en torno a la imagen que nos hemos hecho del mundo. La imagen de la época en la que vivimos, de su naturaleza, es el origen que está presente en el pensamiento de este periodo de tiempo histórico. La cosmovisión ha sido siempre el substrato de las creaciones artísticas, inventos, tecnologías y la manera que tenemos de relacionarnos entre humanos. Nuestra generación arrastra la imagen nefasta del mundo del siglo XXI ¿Cómo librarnos?
La dama oscura es la realidad que percibimos plagada de peligros, amenazas, traiciones, malos augurios y sin embargo, en vez de abominar de ella nos atrae fatalmente. Nos hemos convertido en adictos a las malas noticias, reales o inventadas. Este verano del 2023 ha sido la versión posmoderna de esta estrofa del soneto shakesperiano:
Dos amores poseo, consuelo y desespero,
que como dos espíritus en mí, tienen influencia
Es el ángel honrado, muy bello caballero
es el ente malvado, dama de oscura esencia (versión poética de Alba Bonastre)
Sin tiempo que perder, oscilamos entre el desespero y la necesidad de consolarnos con la esperanza de un tiempo futuro más amable para la humanidad. La dama oscura parece que ha extendido su influjo sobre la sociedad y ya muy pocos creen que nos libraremos de sus trapacerías y maldiciones. Nada es permanente y como hubo otras cosmovisiones, así estará naciendo otra muy distinta, en algún lugar del planeta. Necesitamos inspiración para cambiar la mirada. Será la creación artística, la ciencia sin intereses económicos que la envenenen, la tecnología sin codicia y un espíritu desafiante y alegre, las manos que apartarán la dama oscura de nuestro camino.
No sé si podremos esquivar a la Dama oscura de nuestro camino. La humanidad en su conjunto vive una crisis muy aguda de angustia generalizada ante la realidad cada vez más ardua, opresiva y compleja. La tecnología nos ha abierto muchos caminos -como este en que nos comunicamos- pero ha creado un mundo cerrado, problemático, agresivo, peligroso y sobre todo terriblemente pequeño -mis etapas anteriores a la eclosión tecnológica percibían un mundo más libre, espontáneo y ligero que este que vivimos ahora-, y censor. Todos nos hemos convertido en canceladores, en comisarios políticos, llenos de ira contra los que piensan diferente y la política no deja de confrontarnos y convertirnos en enemigos, en odiadores profesionales. Me falta el aire para respirar en un ambiente tan irrespirable como este. Miro a mis gatitos y me doy cuenta de que son libres, y yo no lo soy. Nadie lo es.
ResponderEliminarQué razón tienes, comparto la misma sensación. ¿Qué ha pasado para que una sociedad, con una tecnología tan avanzada, provoque el derrumbe de la confianza en el futuro? Desde luego, en lo concerniente a las relaciones humanas vamos de capa caída. A veces creo que este pesimismo antropológico es generacional, que igual pensaban de la misma manera que nosotros nuestros abuelos. Nos queda vivir en nuestro entorno con la mejor disposición, hacer de la buena convivencia el objetivo principal, sin olvidar trabajar en los proyectos personales que nos satisfacen. Un abrazo
ResponderEliminarMi nuevo blog, una vez abandonado el anterior es CISNE EN LLAMAS
ResponderEliminarPues allá voy
ResponderEliminarBonita canción calmada y suave que con su sonido reconforta la mente. Del artículo, ya lo sabes, es cierto, basta ver los noticieros, todo lo que ponen en los mismos y siempre día a día es lo mismo. Sería bueno que hubiese un Telediario de las buenas noticias. No hay porque dar primicia a las malas.
ResponderEliminarSiento el retraso en la contestación. Estoy de acuerdo contigo, serían muy reconfortante que hubiera también un telediario de todas las acciones buenas porque las hay, pero ya sabemos que el mal cunde y vende más que las sencillos actos de bondad, descubrimientos y novedades que ayudan a mejorar la condición humana.
ResponderEliminarSaludos
hola vine y descubri tu blog esta bueno
ResponderEliminarBienvenida y gracias, Recomenzar
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